La fertilidad ha interesado y preocupado al ser humano desde su origen. Los motivos: garantizar la supervivencia de la especie y el cuidado a los ancianos, la defensa de territorios y bienes y el mantenimiento y expansión del clan. Hoy las razones de esta preocupación se han ampliado, debido al r...
La fertilidad ha interesado y preocupado al ser humano desde su origen. Los motivos: garantizar la supervivencia de la especie y el cuidado a los ancianos, la defensa de territorios y bienes y el mantenimiento y expansión del clan.
Hoy las razones de esta preocupación se han ampliado, debido al retraso en la edad de la maternidad y al aumento de las parejas que necesitan tratamientos de reproducción asistida para ser padres.
España es el país de Europa donde las mujeres tienen su primer embarazo con más edad. Este hecho está condicionado porque en nuestra sociedad no se fomenta la natalidad ni la conciliación familiar.
La mayoría de las mujeres de entre 25 y 35 años no se platea la maternidad, y las que lo hacen, temen perder su “estatus” laboral y/o social.
A esta situación, se une la falsa idea de que, como hoy en día una mujer de 40 años es joven, debido al aumento de la esperanza de vida, vamos a poder tener hijos cuando queramos fácilmente. Nada más lejos de la realidad.
Nos guste o no, el periodo fértil de una mujer no se rige por las normas sociales, la estabilidad laboral, el terminar la carrera o el máster, aprobar las oposiciones…
Las mujeres nacemos con una cantidad determinada de óvulos (reserva ovárica) y una vez que se agotan no hay forma de producir más. Además, la calidad de los óvulos se va deteriorando progresivamente y este deterioro se acelera a partir de los 35 años.
Teniendo en cuenta esta información, tenemos básicamente dos alternativas si deseamos aplazar la maternidad con ciertas garantías:
-La utilización de óvulos de donante, en caso de necesitarlo.
-Vitrificar óvulos propios.
Esta técnica ha mejorado mucho en los últimos años y es una forma de congelar los óvulos. Nos permite congelar los óvulos y que un porcentaje de cerca del 90% estén en buenas condiciones al ser descongelados.
Vitrificar un número adecuado de óvulos (preferiblemente antes de los 35 años) nos permitirá tener opciones de conseguir un embarazo con nuestros óvulos en caso de que no lo consigamos de forma espontánea.
Concienciar y educar a la sociedad sobre fertilidad resulta básico, pues el conocimiento es la mejor forma de ayudarnos a programar la maternidad.
La reproducción asistida puede ser una solución a través de la vitrificación de óvulos propios o el uso de óvulos de donante. Así, la mujer del siglo XXI puede satisfacer sus exigencias socio laborales y la opción de retrasar su maternidad con ciertas garantías.
