Qué debes saber sobre el glaucoma

Qué debes saber sobre el glaucoma

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Descubre qué es el glaucoma y cómo afecta tu visión. Esta enfermedad ocular silenciosa puede conducir a la ceguera si no se trata a tiempo. Conoce sus síntomas, el funcionamiento del sistema de drenaje del ojo y las medidas preventivas clave para proteger tu salud ocular. No arriesgues tu visión, una detección temprana puede marcar la diferencia.

¿Qué es el glaucoma? 

El glaucoma o ceguera silenciosa es una enfermedad ocular que puede causar una pérdida gradual de la visión y, si no se trata adecuadamente, puede llevar a la ceguera. A menudo, esta condición no presenta síntomas evidentes al principio, lo que la hace aún más peligrosa. 

Funcionamiento del sistema de drenaje del ojo  

El fluido intraocular, también conocido como humor acuoso, es esencial para mantener la salud ocular. Este líquido es producido por el cuerpo ciliar y debe drenarse correctamente a través del sistema de drenaje del ojo para mantener una presión ocular normal. Si este proceso se ve interrumpido, puede conducir al desarrollo de glaucoma. 

Síntomas del glaucoma 

El glaucoma se caracteriza por el bloqueo del sistema de drenaje del ojo, lo que provoca un aumento de la presión intraocular y daño en el nervio óptico. A menudo, este daño ocurre de manera gradual y puede pasar desapercibido al principio. Sin embargo, con el tiempo, los síntomas pueden incluir visión borrosa, dolor de ojos y cabeza, náuseas, vómitos y la aparición de halos alrededor de las luces. 

Prevención del glaucoma

La detección temprana es clave en la prevención del glaucoma. Aquí hay algunas medidas preventivas que puedes tomar: 

  • Revisiones oftalmológicas regulares: Es importante someterse a exámenes oftalmológicos periódicos, especialmente para aquellos con antecedentes familiares de glaucoma o mayores de 40 años. 
  • Frecuencia de los exámenes: La frecuencia de los exámenes oftalmológicos varía según el riesgo individual. Para aquellos sin antecedentes, se recomienda un examen integral alrededor de los 40 años, seguido de revisiones cada dos o cuatro años. Para personas con mayor riesgo, se sugiere un examen cada uno o dos años a partir de los 35 años. 

Recuerda, la prevención y la detección temprana son fundamentales para proteger tu visión y mantener la salud ocular a largo plazo. Si experimentas algún síntoma relacionado con el glaucoma o tienes factores de riesgo, no dudes en consultar a un oftalmólogo para una evaluación completa. 

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