La psicóloga del Hospital Vithas Vigo y del Centro Médico Vithas Pontevedra Sara Mateo Bustara reflexiona en este post sobre las repercusiones que tiene en los niños descubrir los secretos de la navidad. De hecho, descubrir la magia de la Navidad “estimula el desarrollo del pensamiento crític...
La psicóloga del Hospital Vithas Vigo y del Centro Médico Vithas Pontevedra Sara Mateo Bustara reflexiona en este post sobre las repercusiones que tiene en los niños descubrir los secretos de la navidad. De hecho, descubrir la magia de la Navidad “estimula el desarrollo del pensamiento crítico” del niño; fomenta la adquisición de "herramientas psicológicas muy útiles para su crecimiento personal". No hay estudios que demuestren o descarten el trauma de saber cómo funciona la magia navideña.
La magia que los adultos construyen alrededor de las fiestas navideñas en cuanto a las mañanas del 25 de diciembre y el 6 de enero, puede ser un jarro de agua fría difícil de digerir cuando al descubrir la verdad los infantes son demasiado pequeños, o si la forma es poco afortunada, o si se trata de un castigo paterno traducido en revelación del secreto; aunque también hay quienes lo descubren y no confiesan que lo saben, ya que su propio razonamiento y los deslices de los padres les invita a sospechar.
Y cuando lo descubren, ¿se sienten estafados? ¿decepcionados? ¿les crea un trauma? ¿puede sentirse el tonto de la clase si es el último en enterarse? Muchos padres no saben cómo gestionar el momento de desvelar el secreto: unos defienden con vehemencia que no son los progenitores esa figura mágica, mientras que otros desde el principio asumen la verdad sin dar pie a más misterio.
Los niños pequeños son exploradores curiosos que participan de manera activa del aprendizaje y descubrimientos de nuevos principios; muchos de estos descubrimientos importantes que realizan ocurren dentro del contexto de diálogos cooperativos o colaborativos. Durante su periodo del desarrollo, hay una serie de transformaciones que se producen en las características y capacidades del pensamiento, por el cual aumentan los conocimientos y habilidades para percibir, pensar, comprender y manejarse en la realidad.
Todo ello contribuirá al desarrollo del pensamiento crítico, caracterizado por la adquisición de una mente abierta, dudas sanas, humildad intelectual, confianza en la razón, perseverancia, libertad de pensamiento y una alta motivación.
Dejar que los niños vayan descubriendo la realidad por sí mismos sin que los padres pongan trabas a dichos descubrimientos fomentará la adquisición de herramientas psicológicas muy útiles para su crecimiento personal. Hay dos grandes teóricos del desarrollo cognitivo, Piaget y Vygotsky, quienes nos ayudan a entender cómo el niño interpreta el mundo a edades diversas, y también a saber los procesos sociales que influyen en la adquisición de sus habilidades intelectuales en edad temprana, respectivamente. La instrucción, según Vygotsky, por parte de compañeros o adultos conocedores constituye la esencia del desarrollo cognoscitivo del niño.
Por otro lado, la emoción y los nervios hacen que los niños se porten de forma regular, con lo que muchos padres deciden utilizar el chantaje como “si no mejoras tu comportamiento te traerán carbón”. Utilizar la figura mágica como elemento de chantaje o soborno no trae beneficios a largo plazo en el desarrollo del niño, siendo más relevante una educación para entender las consecuencias que tienen sus actos; los niños se portan mejor cuando creen que hay una figura mágica observándolos, pero esa mejora desaparece cuando dejan de creer en dicha figura. Es por ello que los niños deben aprender reflexionando sobre sus propias acciones para lograr un beneficio sostenido en el tiempo y en su desarrollo natural.
Son los padres quienes deben decidir cómo quieren vivir estas fechas con sus hijos, sin la necesidad de un asesoramiento experto para tomar cualquier decisión. El cómo afecta la revelación al desarrollo del niño es algo que, como hemos visto, crea controversia. Realmente no hay estudios sobre el tema; no hay pruebas que apoyen la postura de “mentirles así degrada la confianza del niño en los padres”, ni tampoco la de “hay que mantener la ilusión y la magia todo lo que se pueda”.
Por lo tanto, se debe comentar todo siempre de forma positiva con el niño que está descubriendo la verdad, lo que puede suponer para éste una transición del mundo infantil al mundo adulto cargada de, por un lado desilusión, por otra alivio debido a la comprensión de lo que sospechaban, un poco de responsabilidad y sobre todo complicidad ya que pasan a formar parte de ese engaño bienintencionado y generalizado, situándose al otro lado de la magia para continuar la tradición con sus hermanos, o primos pequeños. Incluso saber que los padres se involucran en su felicidad puede aumentar más el vínculo, al saber el esfuerzo e interés por saber los gustos del niño.
De una forma u otra, todos seguiremos sintiendo el gusanillo en la mañana del 6 de enero pensando “qué me habrán traído” aunque peinemos canas.
Dª. Sara Mateo BustaraPsicóloga en el Hospital Vithas VigoCentro Médico Vithas Pontevedra
