El Hospital Vithas Vigo hace un llamamiento a prevenir lesiones graves que pueden ser causadas por algo tan simple como una toalla o un cojín en el asiento del conductor, causante, en ocasiones, del llamado efecto submarino. La directora médica del Instituto de Rehabilitación Neurológica, Irenea-Vithas Vigo, explica que este efecto hace que el cuerpo "pueda deslizarse hacia adelante y por debajo del cinturón".
- El efecto submarino puede causar lesiones en la parte inferior del cuerpo, la pelvis, el abdomen, traumatismos craneoencefálicos y lesiones medulares
- Desde el Instituto de Rehabilitación Neurológica de Vithas Vigo resaltan la importancia de llevar a cabo un enfoque global, coordinado y multidisciplinar para tratar las secuelas de los accidentes de tráfico.
Ahora que se acerca la Operación Retorno, el Hospital Vithas Vigo hace un llamamiento a prevenir lesiones graves que pueden estar causadas por algo tan simple como una toalla o un cojín en el asiento del conductor, causantes en muchas ocasiones, del llamado efecto submarino. Este fenómeno, ocasionado cuando el cinturón de seguridad no está correctamente ajustado o colocado, está detrás de muchas lesiones cerebrales o medulares tras un accidente automovilístico.
Así, la Dra. Belén Moliner, directora médica de Irenea, Instituto de Rehabilitación Neurológica de Vithas Vigo, explica que este efecto hace que el cuerpo “pueda deslizarse hacia adelante y por debajo del cinturón, impidiendo que la banda inferior sujete el torso adecuadamente”.
“Este deslizamiento puede causar lesiones en la parte inferior del cuerpo, la pelvis, el abdomen, e incluso en la cabeza, especialmente si el conductor se golpea con el volante o el salpicadero. Las consecuencias pueden ser múltiples y llegar a producir traumatismos severos y lesiones medulares, que podrían haberse evitado con un correcto uso del cinturón de seguridad", advierte la especialista.
En el caso de sufrir una lesión medular como resultado de un accidente de tráfico, la Dra. Moliner recuerda que, aunque algunas de estas lesiones sean incompletas, pueden seguir siendo sumamente discapacitantes. “En las lesiones medulares incompletas, algunas vías nerviosas quedan indemnes o solo parcialmente dañadas, lo que mejora el pronóstico funcional. Sin embargo, incluso estas lesiones pueden afectar significativamente la calidad de vida del paciente", añade.
Con respecto a los traumatismos craneoencefálicos, la directora médica de Irenea explica que “tras la recuperación progresiva de la conciencia y la orientación, la mayoría de nuestros pacientes presentan una gran variedad de secuelas físicas, cognitivas y de comportamiento. Estas secuelas varían según la extensión y localización del daño cerebral, así como por las características de personalidad y reserva cognitiva previas del afectado”.
La Dra. Belén Moliner señala que “aunque hay una diversidad de síntomas, existe un patrón específico de afectación en lesiones cerebrales focales que involucran los lóbulos frontales y temporales. Las alteraciones cognitivas más comunes incluyen problemas de regulación y control de la conducta, dificultades de abstracción y resolución de problemas, trastornos de aprendizaje y memoria, así como alteraciones de la personalidad y el ajuste emocional. En cuanto a las alteraciones físicas, se observan problemas motores, del lenguaje, y sensoriales, entre otros”.
Independientemente de los déficits específicos que puedan manifestarse, desde Rehabilitación Neurológica del Hospital Vithas Vigo subrayan la importancia de un enfoque global, coordinado y multidisciplinar para tratar las secuelas de los accidentes de tráfico.
"Nuestro protocolo incluye evaluaciones exhaustivas y periódicas, así como programas terapéuticos personalizados que emplean tecnologías avanzadas como el entrenamiento de la marcha, sistemas de posturografía y entornos de realidad virtual para mejorar el equilibrio, además de electroestimulación muscular y estimulación transcraneal de corriente directa (tDCS), entre otras técnicas", detalla Moliner.
El uso del cinturón en España es obligatorio desde 1975 para los asientos delanteros y desde 1992 para los traseros. La Dirección General de Tráfico (DGT)[1] explica que el efecto submarino, ir sin cinturón de seguridad a 80 km/h implica que los pasajeros de atrás no tienen ninguna forma de sujetarse y pueden ser proyectados contra los ocupantes de los asientos delanteros con una fuerza equivalente al golpe de una bola de 1.200 kilos a 10 km/h lo que, también, podría causar la muerte o lesiones graves.
[1] Conducir sin cinturón. Dirección General de Tráfico. Ministerio del Interior. https://www.dgt.es/muevete-con-seguridad/evita-conductas-de-riesgo/conducir-sin-cinturon-de-seguridad/#:~:text=El%20efecto%20submarino%20consiste%20en,abdominal%20del%20cintur%C3%B3n%20de%20seguridad.