- Este tratamiento se convierte en la mejor de las prótesis auditivas, ya que consigue restaurar la audición de un paciente que prácticamente está sordo a unos umbrales de audición normales
- La intervención se realiza bajo anestesia general, dura unas dos horas y con mínima incisión -la cicatriz ronda los 4 centímetros-, para garantizar menos dolor y un mejor postoperatorio.
- Desde que se pusiera en marcha el servicio hace cuatro años, se han realizado nueve intervenciones para colocar implantes cocleares
Un implante coclear es un pequeño dispositivo capaz de devolver la audición a las personas con discapacidad auditiva que no obtienen ningún beneficio con los audífonos convencionales. Para estos pacientes, volver a escuchar o empezar a hacerlo, supone una mejora incalculable en su calidad de vida y en su bienestar.
El equipo de profesionales de la audiología, tanto pediátricas como para adultos, del Hospital Vithas Valencia 9 de Octubre, dispone de todos los mecanismos necesarios para poder llevar a cabo un diagnóstico, tratamiento y seguimiento de calidad de los implantes cocleares. Trabajan con todos los tipos de implantes que se pueden poner a una persona hoy en día: los de oído medio que tienen una ganancia similar a los audífonos convencionales, los de vía ósea que han supuesto una revolución ya que a través del cráneo son capaces de estimular el caracol y tienen mucha ganancia auditiva y los implantes cocleares, capaces de restaurar la audición de los pacientes sordos severo-profundos uni y bilaterales. Desde que se pusiera en marcha el servicio hace cuatro años, han realizado nueve intervenciones para colocar implantes cocleares y hasta nueve de otro tipo de implantes. Además, han sido pioneros en la sanidad privada de la Comunidad Valenciana en su implementación.
Tal como explica el doctor Carlos de Paula, responsable de la unidad y especialista en otorrinolaringología y cirugía de cabeza y cuello del Hospital Vithas Valencia 9 de Octubre, “este tratamiento se convierte en la mejor de las prótesis auditivas, ya que consigue restaurar la audición de un paciente que prácticamente está sordo a unos umbrales de audición normales dando audición prácticamente al 99 % de los pacientes”.
Según el especialista, cada implante está indicado para un tipo de pérdida auditiva. Por tanto, un buen diagnóstico es fundamental. «Antes de operar a los pacientes, -subraya el especialista-, debemos tener la seguridad de quiénes son candidatos a ese tratamiento. Los implantes cocleares se utilizan en aquellas personas que no consiguen tener beneficio auditivo con los audífonos convencionales, tanto si la pérdida de audición se ha producido antes de adquirir el lenguaje (prelingual) o después (poslingual)”.
Pruebas diagnósticas
Las pruebas pueden ser de tipo objetivo, en las que no participa el paciente, y de tipo subjetivo, las conocidas audiometrías. Estas últimas se realizan de forma diferente para la edad pediátrica y para los adultos. «Una de las ventajas que tenemos en Vithas, -comenta el doctor de Paula-, es que tenemos audiólogas infantiles y podemos hacer las pruebas en campo libre, es decir, habitaciones con altavoces en las que el niño no está encerrado y puede estar jugando mientras se estudia su nivel de audición, observando cómo reacciona a distintos estímulos. Son pruebas que cuestan tiempo pero que son imprescindibles antes de plantearse una cirugía».
La intervención
Una vez se ha obtenido un diagnóstico y se ha decidido cuál es la mejor solución para cada caso, se procede a la cirugía. La intervención para colocar implantes cocleares se realiza bajo anestesia general, dura unas dos horas y con mínima incisión -la cicatriz ronda los 4 centímetros-, para garantizar menos dolor y un mejor postoperatorio. “De hecho, solo es necesaria una noche de hospitalización”, subraya el especialista.
“La primera vez que se activa el implante coclear, -detalla el doctor de Paula-, es en la misma sala quirúrgica, con el paciente todavía dormido para comprobar que todo está funcionando correctamente, y después se vuelve a desactivar. En concreto, se obtienen tres parámetros fundamentales: el umbral de audición, a qué intensidad va a oír el paciente; el umbral de confort; y el umbral de dolor, ya que, si se eleva mucho la intensidad, sobre todo en algunos niños pequeños, pueden rechazar el implante en un primer momento”.
El seguimiento
De este modo, el paciente sale de la operación sin escuchar y debe volver a consulta a las cuatro semanas para encender de nuevo el dispositivo e iniciar la programación correspondiente. Tras esta visita inicial, se acude cada tres meses, para ir elevando progresivamente el nivel auditivo, y después se realiza un único control anual. «Es muy importante que lleven a cabo una buena rehabilitación logopédica. El implante les va a hacer oír, pero no les va a hacer entender», apunta el doctor Carlos de Paula.