La actuación inmediata ante una parada cardiorrespiratoria puede salvar la vida
Actuaciones bienintencionadas, como limpiar una herida con algodón, tratar que una persona no se muerda la lengua ante una convulsión o socorrer una parada cardiorrespiratoria antes de llamar al 112, no solo no ayudan a socorrer, sino que empeoran la situación
Formadores en asistencia a corredores
Desde contratiempos que no revisten especial gravedad, como rampas o dolores musculares, hasta episodios serios como paradas cardiorrespiratorias. Que el running es fuente indiscutible de salud es incuestionable, pero las carreras de larga distancia pueden poner en jaque la resistencia física.
El pasado domingo se celebró en Valencia el Medio Maratón Trinidad Alfonso EDP. Más de 1.000 voluntarios formados por profesionales del Hospital Vithas Valencia 9 de Octubre velaron por la seguridad de los más de 17.000 corredores que participaron.
Los episodios más o menos graves mientras se corre pueden darse a lo largo de una simple jornada de entrenamiento. Por ello, es muy importante ser capaz de socorrer al compañero ya que, en episodios serios como una parada cardiorrespiratoria, la actuación inmediata puede salvar vidas.
Javier Dolz, responsable de los cursos de formación en asistencia sanitaria para voluntarios del Hospital Vithas Valencia 9 de Octubre da los siguientes consejos:
Cómo actuar…
Ante heridas y ampollas:
No soplar sobre la herida: soplar puede trasladar gérmenes que contaminen la herida
No tocar o intentar limpiar coágulos de sangre: los coágulos son tapones naturales y retirarlos aumenta el riesgo de sangrado.
No colocar algodón absorbente sobre la herida: las fibras del algodón ensucian la herida. Lo primero que conviene hacer es, siempre, tapar la herida.
Ante mareos, náuseas o vómitos:
Evitar que el corredor se detenga de golpe: la parada “en seco” dificulta que el riego sanguíneo vaya poco a poco distribuyéndose apropiadamente.
En la medida de lo posible, lo más acertado es acompañar al corredor para que vaya bajando poco a poco el ritmo; tumbarle y ponerle las piernas en alto.
Ante convulsiones:
No manipular la boca ni introducir objetos: estas prácticas conllevan el riesgo de mordeduras y de asfixia.
Lo más importante es evitar daños y fracturas, sobre todo craneoencefálicas. En este sentido, lo primero es retirar cualquier objeto cercano con el que pueda lesionarse y colocar un elemento doblado en la parte posterior de la cabeza.
Ante una parada cardiorrespiratoria…
Realizar compresiones torácicas: hay que realizarlas a un ritmo nunca inferior a 100 compresiones por minuto. Existen trucos para saber la frecuencia con la que realizar estas comprensiones como, por ejemplo, hacerlas al ritmo de la popular canción “Macarena”.
No alternar ventilaciones (insuflar aire por boca) con compresiones torácicas: las ventilaciones pueden restar protagonismo y tiempo al objetivo principal de la reanimación cardiorrespiratoria, que es restituir manualmente y de forma externa la labor de bombeo sanguíneo que ejerce el corazón.
Protegerse uno mismo, llamar y socorrer
En los casos más graves de complicaciones mientras se corre, y contra de lo que el instinto natural dicte –que suele llevar a volcar esfuerzos en socorrer de forma inmediata- existe una secuencia básica de actuación. “Si tienes que asistir a un corredor”, resume Javier Dolz, “lo primero es protegerse uno mismo para estar en condiciones de prestar ayuda. Lo segundo, llamar a personal sanitario capacitado para dar respuesta al problema, ya que una vez tratemos de ayudar, no tendremos tiempo; y, por último, tratar de socorrer a la persona que sufre el problema basándote en estas recomendaciones básicas”.
