La reeducación del sistema músculo-esquelético puede mejorar la disfunción sexual masculina

La reeducación del sistema músculo-esquelético puede mejorar la disfunción sexual masculina

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La mayoría de los problemas sexuales se deben a una combinación de factores físicos y psicológicos

Disfrutar de una sexualidad satisfactoria nos ayuda a vivir mejor. Actualmente no se puede hablar de salud y bienestar sin incluir la salud sexual. Pero, en ocasiones, aparecen problemas como la disfunción sexual masculina que abarca una variedad de trastornos y que merma la calidad de vida del paciente y su pareja. 

En España, 1 de cada 5 hombres mayores de edad sufre disfunción eréctil, según los estudios de la Asociación para la Investigación en Disfunciones Sexuales en Atención Primaria (AISD-AP). Tal como explica el doctor José de Andrés, responsable de la unidad de suelo pélvico de Vithas Valencia Consuelo, “en ocasiones aparecen problemas con la erección como la disfunción eréctil en la que el hombre es incapaz de lograr o mantener una erección la mayoría de las veces que tiene relaciones sexuales; eyaculación precoz (eyacular más rápido de lo deseado; eyaculación retardada (tardar más de lo deseado en eyacular o la eyaculación retrógrada (no eyacular, afectando sobre todo a pacientes a quienes se les ha extirpado la próstata), incluso el bajo deseo sexual”.

La disfunción sexual puede ser consecuencia de determinados factores, tanto físicos como psicológicos. Según el doctor de Andrés, “las posibles causas físicas pueden deberse desde  la diabetes mellitus, hipertensión, hipercolesterolemia, insuficiencia renal, cardiopatías, hasta trastornos neurológicos, traumatismos y lesiones o patologías adaptativas musculo-esqueléticas, congestión venosa pélvica, problemas hormonales como bajo nivel de testosterona”, y subraya además que “existen trastornos sexuales que pueden deberse a posibles causas psicológicas como ansiedad, depresión, miedo al embarazo, incluso experiencias traumáticas anteriores relacionadas con la actividad sexual (por ejemplo, violación, incesto, abuso sexual o disfunción sexual previa)”. 

Tal como explica el profesional “la mayoría de los problemas sexuales se deben a una combinación de ambos factores. Un problema físico puede conducir a la aparición de problemas psicológicos como tensión emocional, que, por otro lado, es posible que agraven el problema físico, empeorando mucho más la capacidad de un hombre para disfrutar de las relaciones sexuales. Por ejemplo, a veces algunos hombres se presionan a sí mismos o se sienten presionados por su pareja para rendir sexualmente de forma adecuada, y se angustian cuando no pueden hacerlo, lo que se conoce como ansiedad de desempeño sexual.”

¿Cómo se puede trabajar a nivel médico para ayudar a los pacientes con disfunción sexual?

Muchos de los problemas sexuales tienen solución y, dada la variedad de posibles causas, el mejor enfoque es mediante un trabajo multidisciplinar que aborde los diversos factores que conlleva la lesión. Según el doctor de Andrés, “el abordaje multidisciplinar debe incluir médicos, psicólogos y fisioterapeutas que englobe la corrección de las lesiones neurales (que afectan al nervio), la reeducación del sistema músculo-esquelético y el tratamiento de los factores psicológicos”.

En caso de que exista una lesión neural, el equipo médico lleva a cabo un tratamiento de radiofrecuencia del plexo sacro (que controla toda la zona pélvica) y, si fuese necesario, tratamientos para liberar químicamente afectaciones musculares. “Nuestro equipo de medicina física, -puntualiza el responsable de la unidad-, toma un enfoque más global, ya que las diversas cargas provocadas por el día a día van alterando los sistemas adaptativos del cuerpo, y eso acaba generando patologías crónicas en los órganos (sobre todo en la zona de la pelvis, al ser es un nexo de tensiones). Se aplica un método de refuerzo y reeducación que busca sustituir los malos hábitos del paciente, así como enseñarle a tener un control preciso y adecuado del suelo pélvico”.

Por último, el abordaje psicológico en muchos casos incluye intervenciones conductuales, cognitivas, sistémicas y de comunicación interpersonal e implica siempre una intervención sobre ambos miembros de la pareja. “Algunos de los tipos de terapia sexual que trabajamos son la psicoeducación sexual, que actúa sobre las características de las respuestas sexuales, la excitación y la inhibición sexual, los factores que influyen en la satisfacción, el comportamiento sexual no genital, la ansiedad ante el desempeño, y la ansiedad anticipatoria. También, el egoísmo sexual, para centrarse en las propias sensaciones, y luego también en pareja;la focalización sensorial, centrando la actuación en pareja en las sensaciones placenteras y en las técnicas de relajación, presentes en casi cualquier ejercicio para ayudar a controlar la ansiedad”.
 

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