- La cirugía mínimamente invasiva se presenta como una solución efectiva para problemas podológicos comunes en primavera, como juanetes, espolones calcáneos y dedos en garra, permitiendo una recuperación rápida con mínimas molestias.
- Gracias a incisiones milimétricas y la ausencia de material de osteosíntesis, este procedimiento reduce el dolor posoperatorio, las complicaciones y facilita la movilidad inmediata del paciente.
Con el inicio de la primavera y el aumento del uso de sandalias, los problemas en los pies como juanetes, espolones calcáneos y dedos en garra cobran mayor relevancia. Estas afecciones no solo generan dolor e incomodidad, sino que también pueden afectar la calidad de vida de quienes las padecen. La cirugía mínimamente invasiva se posiciona como una solución definitiva, permitiendo una recuperación rápida y efectiva.
De acuerdo con el Consejo General de Colegios Oficiales de Podólogos, patologías como los juanetes, dedos en garra y espolones se encuentran entre las consultas más frecuentes. Según un estudio de la Asociación Española de Cirugía Podológica (2021), las mujeres presentan mayor incidencia de estos problemas (60%) en comparación con los hombres (40%), atribuible en parte al uso de calzado inadecuado, como tacones o zapatos estrechos.
El Dr. Benjamín Cuenca, director de la Unidad del Pie de Vithas Aguas Vivas, destaca que la cirugía mínimamente invasiva ha revolucionado el tratamiento de estas patologías. La técnica consiste en realizar pequeñas incisiones de apenas 1 o 2 milímetros, lo que reduce el trauma en los tejidos y facilita una recuperación acelerada.
Esta técnica ofrece múltiples ventajas, como una menor sensación de dolor en el posoperatorio, una reducción significativa del trauma en los tejidos y un proceso de recuperación más rápido, permitiendo que el paciente pueda caminar desde el primer día. Además, disminuye el riesgo de infecciones y complicaciones, al evitar incisiones grandes y minimizar la manipulación quirúrgica de los tejidos. Otra de sus grandes ventajas es la ausencia de tornillos, grapas o material de osteosíntesis, lo que la convierte en una opción ideal para pacientes con problemas circulatorios y reduce posibles complicaciones a largo plazo.
El Dr. Cuenca señala que esta técnica se aplica en diversas patologías del pie. En el caso de los juanetes (Hallux Valgus), permite corregir la desviación del primer dedo mediante incisiones mínimas, evitando la necesidad de una hospitalización prolongada. Para los dedos en garra, la cirugía libera los tendones, restaurando la movilidad y funcionalidad del pie, mientras que en los espolones calcáneos se consigue su eliminación sin grandes incisiones, solucionando también problemas asociados como la fascitis plantar. El tiempo de recuperación varía entre dos y seis semanas, dependiendo de la complejidad de la intervención. Durante este periodo, es fundamental el uso de calzado posquirúrgico y evitar esfuerzos excesivos para garantizar una correcta cicatrización y recuperación.
El especialista recomienda optar por calzado que no provoque dolor y que esté diseñado con materiales transpirables. En el caso de las mujeres, sugiere evitar zapatos demasiado estrechos y utilizar tacones moderados de entre 3 y 4 centímetros.
Gracias a los avances en cirugía podológica, los pacientes pueden despedirse de los dolores en los pies y disfrutar de la primavera sin limitaciones.