Marisco y carnes rojas, entre otros alimentos, elevan los niveles de ácido úrico en sangre · Uno de cada tres pacientes con gota no está diagnosticado
Períodos como la Navidad, en los que alimentos que elevan significativamente el ácido úrico, como el marisco y la carne roja, están en la mesa de celebraciones familiares, pueden funcionar como detonante de síntomas evidentes de gota que han pasado desapercibidos con anterioridad.
Dolor repentino que impide andar
La gota es una enfermedad reumática dolorosa que causa inflamación en las articulaciones debido a los depósitos de urato (sal de ácido úrico) en los tejidos, tendones y ligamentos. Los primeros síntomas son, en muchos casos, inapreciables. Sin embargo, una subida notable de los niveles de ácido úrico en sangre en personas que ya han iniciado, en muchos casos sin saberlo, problemas de gota, puede ser el detonante de un primer síntoma en forma de dolor repentino. Y así, es normal acostarse en perfectas condiciones y levantarse sin poder andar, o sentir dolor simplemente con el roce de la sábana.
Según la Sociedad Española de Reumatología (SER), se estima que 1 de cada 3 afectados de gota está sin diagnosticar, ya que “a veces los primeros síntomas pueden ser difíciles de apreciar”, explica el Dr. Julián Baixauli, especialistas en medicina interna y responsable del Servicio de Urgencias del Hospital Vithas Valencia 9 de Octubre.
Alimentos no recomendables además de marisco y carne roja
El listado de medidas eficaces para controlar la gota lo encabeza la recomendación de no comer alimentos ricos en purinas, ya que esta sustancia al descomponerse se convierte en ácido úrico. Mariscos, carnes rojas, embutidos, quesos curados y bebidas alcohólicas arrastran la mala reputación de ser altamente perjudiciales. Sin embargo, alimentos que gozan con la reputación de saludables, como las legumbres o algunas verduras y hortalizas –en concreto, los espárragos, los champiñones, las espinacas, los puerros y los tomates- deben consumirse con moderación.
Factores de riesgo al margen de la dieta
Además de la alimentación, existen otros factores de riesgo asociados a los que conviene prestar atención en aras de controlar la gota. Estos son los más relevantes:
- Hipertensión arterial.
- Beber alcohol.
- Insuficiencia renal, los riñones no eliminan bien los desechos.
- Ingerir alimentos ricos en purinas, ya que esta sustancia al descomponerse se convierte en ácido úrico.
- Tener familiares con esta enfermedad, es decir, el factor genético influye.
- Padecer hipotiroidismo o la glándula tiroides con baja actividad.
- Sufrir algún problema médico que haga que las células se reproduzcan o se eliminen más rápido de lo habitual como puede ser la psoriasis, la anemia hemolítica o algún cáncer.
- Tomar medicamentos diuréticos por hipertensión arterial o problemas coronarios.
- Obesidad y sobrepeso.
En este sentido, desde la SER se apunta que existen numerosos pacientes con enfermedad renal crónica, psoriasis, hipertensión arterial o cardiopatía isquémica que además tienen hiperuricemia y gota sin diagnosticar. En España –siempre según la SER- se estima que un 7% de los varones adultos tienen altos niveles de ácido úrico en sangre (hiperuricemia). “Quizá sería interesante”, apunta al respecto el Dr. Baixauli, “incluir como casos de gota a quienes padecen de cálculos renales de ácido úrico y no han consultado al médico nunca por ese motivo”.
Síntomas de alerta de la gota y diagnóstico
Los síntomas más característicos de articulaciones con gota son 4: dolor (puede ser muy intenso, incluso con mínimos roces, produciendo a veces cojera al paciente), hinchazón, calor y enrojecimiento articular. Es más habitual que estas crisis de gota se den en articulaciones inferiores. Según el Dr. Baixauli, “ante estos síntomas, puede suceder que los niveles de ácido úrico no sean altos. Esto es así precisamente porque se está eliminando. El diagnóstico pasa entonces por puncionar la articulación para extraer líquido sinovial y confirmar la presencia de cristales de ácido úrico”.
Sobrepeso y alcohol
El perfil más común de personas que padecen gota es el de hombres entre los 40 y 50 años, con sobrepeso, consumidores habituales de alcohol y de vida sedentaria. Así pues, la prevención pasa en primer lugar por bajar de peso y no beber alcohol. Es curioso, en este sentido, cómo “muchos pacientes observan que si beben una copa de vino o una cerveza y dejan pasar días hasta volver a hacerlo están bien, pero si lo hacen dos o más días consecutivos aparecen las molestias”. El Dr. Baixauli destaca como especialmente perjudicial la cerveza, “incluso sin alcohol”.