La reanimación cardiopulmonar (RCP) inmediata disminuye mucho las posibilidad de sufrir secuelas neurológicas
Según el Consejo Español de Resucitación Cardiopulmonar, sólo una de cada diez personas que sufre en España una parada cardíaca fuera de un hospital sobrevive. La reanimación cardiopulmonar (RCP) inmediata, realizada por un testigo presencial, multiplica por tres las posibilidades de supervivencia. En pruebas físicas de alta intensidad como un maratón, la RCP, más que nunca, puede salvar vidas.
A lo largo de los últimos meses, voluntarios del Maratón Valencia Trinidad Alfonso EDP han acudido al Hospital Vithas Valencia 9 de Octubre a conocer, de manos de profesionales médicos Vithas, cómo socorrer a un corredor que muestra signos de parada cardiorrespiratoria mediante maniobras de RCP.
Evitar el daño neurológico
Los tres minutos posteriores al colapso por una parada cardíaca son cruciales, no sólo ya en el desenlace, también en la calidad de vida de la persona que sobrevive. “Las posibilidades de recuperación son mucho mayores en personas que han recibido RCP de forma inmediata. Pero además, con la RCP evitamos el daño neurológico, que sin duda supone un menoscabo importantísimo en la calidad de vida de quien sobrevive”, asegura Javier Dolz, responsable de los cursos de formación a voluntarios de Maratón y Medio Maratón Valencia Trinidad Alfonso EDP.
Ante una situación de parada cardíaca existen tres pasos claramente pautados a seguir:
- Comprobar si la persona está consciente y si tiene una respiración normal. En caso negativo:
- Llamar inmediatamente, incluso en caso de duda, al 112.
- Inmediatamente después, se debe empezar la RCP ininterrumpida hasta que llegue la ayuda médica. Para ello, se situará a la víctima estirada boca arriba sobre el suelo u otra superficie dura y, arrodillados al lado de su pecho, se apoyará el talón de una mano sobre el centro del pecho y la otra se colocará sobre la anterior con los dedos entrelazados y manteniendo los brazos estirados, tal y como en las películas. De este modo se empezarán las compresiones con las que se tiene que deprimir el pecho 5 cm con un ritmo de 100 compresiones por minuto. Un truco, apunta Javier Dolz, “realizarlas al ritmo de la canción Macarena (Los del Río) o Staying alive (Bee Gees)”.
“Boca a boca”, secundario
En contra de la creencia popular de que la reanimación debe ir acompañada inexorablemente de ventilaciones (insuflar aire por la boca), lo cierto es que, según los especialistas, “lo realmente importante es no interrumpir las compresiones torácicas; y si podemos y sabemos, ventilamos”.
Así pues, en caso de primeros testigos instruidos en RCP, tras 30 compresiones, se debe inclinar levemente la cabeza de la víctima hacia atrás desde la barbilla, “sellaremos entonces su boca con la nuestra, taparemos la nariz y soplaremos suavemente hasta ver que el pecho sube”. Tras dos ventilaciones consecutivas, se debe retomar de inmediato las compresiones que deben interrumpirse el mínimo tiempo posible. Esta secuencia de 30 compresiones y 2 ventilaciones se mantendrá ininterrumpidamente hasta la llegada de la ayuda médica.
Suplir la función del corazón
Cada año más de 30.000 españoles fallecen por parada cardíaca fuera de un centro hospitalario. La principal causa de una parada cardíaca es el infarto agudo de miocardio que, en algunas ocasiones en su fase inicial, provoca una fibrilación ventricular, esto es una alteración en el ritmo del corazón que precisa de un choque eléctrico para resolverse, y que hace que éste deje de contraerse de forma organizada, por lo que deja de latir y de bombear sangre a todo el organismo. “Con la RCP estamos supliendo esta función que el corazón ha interrumpido; de no realizarse, la persona que lo sufre muy probablemente fallecerá en unos minutos; hay que ganar tiempo hasta la llegada de la ayuda médica”, explica Javier Dolz.
Educación en RCP
Hoy, en España solo una de cada cuatro personas que sufre una parada cardíaca es atendida inmediatamente por quien/quienes le rodean. Las bajas cifras de supervivencia apuntan a la necesidad de educar a la población en unas sencillas maniobras de reanimación que triplican las opciones de sobrevivir. “Un buen ejemplo de estos resultados son países como Dinamarca o Suecia en los que, desde hace años, ya desde los colegios se instruye a niños, niñas y jóvenes sobre cómo reaccionar ante un parada cardíaca, consiguiendo que las cifras de supervivencia aumenten tal y como aumenta el número de paradas cardíacas en las que los primeros testigos realizan RCP inmediata” , asegura Javier Dolz. Según el Consejo Español de Resucitación Cardiopulmonar, un plan educativo efectivo pasaría por la formación de, al menos, el 20% de la población española. Esto es: nueve millones de personas.
Se estima que con una ciudadanía formada en RCP, con la difusión de los desfibriladores de acceso público, la mejoría de los conocimientos científicos y de los recursos sanitarios se alcance en unos años una cifra de supervivientes por encima del 50%.