
¿Cuáles son los principales factores de riesgo?
Aunque algunos factores de riesgo de estas enfermedades no son modificables (la edad, el sexo o la base genética), existen otras condiciones médicas y circunstancias que inciden a lo largo de nuestra vida y que pueden aumentar el riesgo de desarrollar deterioro cognitivo.
Los principales factores de riesgo que se han asociado al deterioro cognitivo y sobre los que podemos actuar a lo largo de la vida son (entre paréntesis se indica el porcentaje de reducción de casos de demencia si el factor de riesgo fuese eliminado):
- Bajo nivel educativo (5%): aprendizaje de nuevas habilidades e información, lectura, realización de tareas intelectuales o creativas tienen que ver con lo que se denomina reserva cognitiva.
- Pérdida de audición (7%): las limitaciones sensoriales y la pérdida de audición puede incidir en el funcionamiento cognitivo afectando particularmente a la capacidad de mantener la atención.
- Elevación de los niveles de colesterol (7%): el denominado colesterol LDL se considera un factor de riesgo vascular y aumenta también el riesgo de desarrollar deterioro cognitivo.
- Depresión (3%): los trastornos afectivos, la depresión o la ansiedad están íntimamente relacionados con la función cognitiva.
- Traumatismos craneales (3%): pueden producir deterioro cognitivo como consecuencia de complicaciones (hemorragias o contusiones cerebrales).
- Inactividad física (2 %): La realización de ejercicio físico de forma regular previene el desarrollo de deterioro cognitivo.
- Otros factores de riesgo relacionados con el deterioro cognitivo son: Diabetes mellitus (2 %), tabaquismo (2 %), hipertensión arterial (2 %), obesidad (1 %), consumo excesivo de alcohol (1 %), aislamiento social (5 %), polución ambiental (3 %) y pérdida de visión (2 %).

¿Qué pruebas serían recomendables para prevenir el deterioro cognitivo?
La realización de una valoración neurológica y una evaluación neuropsicológica puede ser de ayuda para detectar síntomas cognitivos e identificar las causas que los producen. En algunos casos también será necesario la realización de otras pruebas complementarias: resonancia magnética, análisis, y pruebas de medicina nuclear.