Expertos en Neurociencias de Vithas desmontan los mitos más comunes sobre el TDAH

Expertos en Neurociencias de Vithas desmontan los mitos más comunes sobre el TDAH

Hospital Vithas Valencia Consuelo

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  • Con motivo del Día Internacional del TDAH, profesionales del Instituto de Neurociencias de Vithas advierten sobre las falsas creencias que dificultan el diagnóstico y la intervención precoz del Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad
 
  • Desde Vithas recuerdan que detrás de cada niño con TDAH hay un enorme potencial que sólo puede desarrollarse si dejamos de etiquetar y empezamos a comprender

¿Todos los niños y niñas con TDAH son hiperactivos? ¿El TDAH no existe y es solo el resultado de una mala crianza? ¿Se cura cuando crecen? Estas son algunas de las creencias erróneas que todavía hoy circulan sobre el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), una condición del neurodesarrollo que afecta a más de un 7% de la población infantil mundial y que, en España, se estima que impacta entre el 5 % y el 7 % de niños y adolescentes. Sin un enfoque adecuado y a tiempo, puede tener consecuencias significativas a largo plazo.

Con motivo del Día Internacional del TDAH, los expertos del Instituto de Neurociencias Vithas, en el que se integra el Instituto de Rehabilitación Neurológica (Irenea), recuerdan la importancia de desmontar estos mitos para favorecer una atención adecuada desde las primeras señales de alerta.

“El TDAH no es falta de voluntad, ni consecuencia de una mala educación. Es un trastorno del neurodesarrollo con una base neurobiológica contrastada, que implica una alteración en los circuitos cerebrales relacionados con la atención, el control de impulsos y la autorregulación emocional”, explica la doctora Carolina Colomer, directora clínica de Irenea.

“Por eso, sus efectos no se limitan a la capacidad de concentrarse. También pueden comprometer la planificación, la organización de tareas, la regulación de la conducta, la tolerancia a la frustración y la adaptación a situaciones nuevas. Entender esta complejidad es fundamental para ofrecer una intervención ajustada a cada caso y para evitar que estos niños sean injustamente etiquetados como desobedientes, despistados o conflictivos”.

De hecho, uno de los errores más extendidos, explican desde Vithas, es pensar que el TDAH se da únicamente en niños que no paran quietos. “Hay niños con TDAH predominantemente inatento que pueden pasar desapercibidos, porque no molestan. Pero tienen igualmente serias dificultades para seguir el ritmo escolar, organizarse o mantener la concentración”, indica Carmen Medina, responsable del área de neurorrehabilitación pediátrica en el Hospital Vithas Valencia Consuelo.

También es frecuente creer que, si un niño no cumple todos los criterios diagnósticos, no necesita ayuda. “El diagnóstico del TDAH es progresivo. Hay muchos niños que no alcanzan el umbral diagnóstico en una edad temprana, pero presentan dificultades que afectan su educación o sus relaciones sociales. Y también ellos pueden beneficiarse de intervenciones específicas”, añade Colomer.

En estos casos, las familias pueden recibir pautas para adquirir hábitos, establecer rutinas, mejorar la convivencia, fortalecer habilidades sociales y promover estrategias de organización y planificación. Así lo explica Carmen García, directora de Irenea en el Hospital Vithas Aguas Vivas. “Acompañar a las familias es esencial. No se trata solo de poner nombre a una dificultad, sino de ofrecer herramientas que les permitan entender qué ocurre, cómo intervenir y cómo apoyar el desarrollo del menor”.

Desde Elche, Desireé Amorós, directora de Irenea en Vithas Vinalopó, destaca la importancia de integrar el trabajo clínico en la vida cotidiana del niño. “Adaptamos cada intervención a su entorno real, utilizando los juegos, las rutinas y el contexto familiar y escolar como aliados terapéuticos. Nuestro objetivo no es solo mejorar el rendimiento, sino también fortalecer la autoestima del menor y sus vínculos afectivos y sociales”.

Al mismo tiempo, desde Vithas, también insisten en la necesidad de entender que el tratamiento no se reduce a la medicación. “La medicación puede ser útil en muchos casos, pero el abordaje debe ser integral, combinando intervención transdisciplinar, pautas educativas y acompañamiento familiar”, concluye la Dra. Colomer. Otros mitos como “el TDAH no afecta a las niñas”, “desaparece en la edad adulta” o “los trastornos de conducta no se pueden mejorar si no hay medicación” son igualmente desmentidos por los expertos. “Muchas personas adultas descubren que vivieron toda su infancia con un TDAH no diagnosticado. Y, con un abordaje adecuado, es posible mejorar significativamente la calidad de vida en cualquier etapa”, concluyen.

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