Uno de los objetivos de Vithas NeuroRHB es lograr que los pacientes con daño cerebral vuelvan a recuperar su funcionalidad y que tengan una reinserción social plena
Un estudio realizado en Vithas NeuroRHB sobre alteraciones en cognición social que presentan los pacientes con daño cerebral, ha sido premiado como mejor comunicación en la XVII Jornada de la Sociedad Española de Neurorrehabilitación.
Desde que nacemos, todos los seres humanos aprendemos a comportarnos en sociedad y a interactuar con los demás. La cognición social es la capacidad que va desarrollándose a lo largo de la vida del individuo en las distintas etapas del neurodesarrollo, para dotar a la persona de normas adecuadas de comportamiento social y generarle un sistema de valores, a partir del cual se establezca una identidad y un patrón de conducta propio.
Tal como explica la doctora Belén Moliner, directora médica de Vithas NeuroRHB, “el procesamiento de las emociones es la base de la cognición social, y desde el nacimiento el ser humano aprende a reconocerlas y a sentirlas, así como a reconocer las emociones del otro y a empatizar con ellas, pero para esto, el primer paso es percibirlas adecuadamente”. La percepción visual incluye un patrón visual, es decir, un conjunto de puntos donde se fija la mirada para enviar la información al cerebro, que en el caso de las caras incluye a los ojos en primer lugar, a la nariz y a la boca por último lugar, además de un procesamiento de dicha información.
Las personas con daño cerebral adquirido presentan alteraciones en la cognición social, de manera que la conducta social que mostraban antes del daño puede cambiar tras haberlo sufrido. Según la doctora Moliner, “en nuestra práctica clínica hemos encontrado durante años a pacientes que, estando bien rehabilitados a nivel cognitivo y físico, y que teóricamente podrían optar a una reinserción afectiva, social y en último término laboral, no son capaces de hacerlo”.
Objetivo: Recuperar la funcionalidad
Uno de los objetivos de Vithas NeuroRHB en el Hospital Vithas Valencia Consuelo y en sus otros centros de Aguas Vivas, Elche, Sevilla y Vigo es lograr que los pacientes con daño cerebral vuelvan a recuperar su funcionalidad desde las actividades más básicas, a las más avanzadas, y que impliquen una reinserción social plena.
“Nuestra hipótesis, -comenta la directora médica-, era que los pacientes con daño cerebral adquirido no reconocían bien las emociones en la cara de los demás porque su patrón visual no era adecuado y por tanto, tenían un problema de percepción, o bien, que las alteraciones de la conducta estaban detrás de estas alteraciones en la cognición social”.
“Para ello, -agrega la especialista-, reclutamos a 43 pacientes, que habían recibido el tratamiento neurorrehabilitador durante varios meses, y que presentaban un nivel cognitivo alto, y a 43 sujetos sanos, sin daño cerebral adquirido, asegurándonos que no existían variaciones demográficas en la muestra. A todos ellos les pasamos una prueba de reconocimiento de las emociones en las caras, con un sistema de eye-tracking, formado por una pantalla y un eye-tracker, que podía extraer en tiempo real el patrón visual que seguían los pacientes. Las emociones que se les mostraron eran las seis emociones básicas: miedo, sorpresa, alegría, ira, asco, tristeza y la emoción neutra. Por otro lado, valoramos a todos los pacientes con escalas de alteración de conducta, para determinar qué tipo de alteración presentaban”.
Resultados
Los resultados que se obtuvieron mostraron que los pacientes efectivamente presentaban alteraciones para percibir las emociones en las caras de los demás, fundamentalmente las emociones del miedo y la ira, que están descritas como aquellas emociones más adaptativas, “ya que nos permiten modificar nuestra conducta en función de lo que el otro siente con mayor efectividad que el resto de las emociones”, subraya la Moliner.
Del estudio realizado en Vithas NeuroRHB, se concluyó que “los pacientes con daño cerebral reconocen peor las emociones en las caras de los demás, -afirma la especialista-; que el patrón visual que tienen es igual al de las personas sanas al percibir una cara, y que de entre todos los pacientes evaluados, los que peores resultados presentaron fueron los pacientes agitados y desinhibidos”.
Por lo tanto, las alteraciones en cognición social que presentan los pacientes con daño cerebral podrían deberse a una alteración en el procesamiento de la información emocional, y no a un problema de percepción visual, siendo especialmente notable esta dificultad en aquellos que presentan una conducta agitada o desinhibida.