La psicóloga del Hospital Vithas Aguas Vivas, Silvia Ortiz, señala que el “estigma social imperante imposibilita una comunicación abierta del problema” y con ello se percibe un menor apoyo del entorno familiar o social. Asegura que, durante el proceso, el paciente puede sentir “gran desesperación y culpa” pudiendo necesitar ayuda profesional para afrontarlo
La psicóloga del Hospital Vithas Aguas Vivas, Silvia Ortiz, ha señalado que el diagnóstico de una enfermedad de transmisión sexual (ETS) puede conllevar, en muchas ocasiones, problemas de aceptación desde el punto de vista psicológico. Ortiz ha explicado que hacer frente a un resultado médico de este tipo puede llegar a resultar complicado, dependiendo de los recursos personales de cada uno y de la manera en la que han podido ocurrir los hechos.
Así, ha señalado que la manera de afrontarlo dependerá “de nuestra condición personal previa y los problemas que puedan asociarse a la misma”. De esta manera, estos no serán los mismos “si se tiene o no pareja estable, si se ha tenido un encuentro esporádico voluntario o una situación forzada no deseada, o si se trata de una relación extramatrimonial”.
La etapa evolutiva en la que se encuentre la persona también es un factor de influencia, ya que la edad y madurez pueden variar la forma en la que se gestione la situación. La gravedad o posible tratamiento de la patología también es un factor condicionante en la gestión de lo ocurrido.
Silvia Ortiz ha apuntado que, en la mayoría de los casos, el diagnóstico de una ETS “viene acompañado de vergüenza, incertidumbre, frustración, rabia, desconocimiento, dudas sobre la identidad sexual, etc.”. Esto, ha explicado la profesional del Hospital Vithas Aguas Vivas, se debe a que “las condiciones en las que se produce son sesgadas por el estigma social imperante, lo que imposibilita una comunicación abierta del problema y con ello la persona afectada aun percibe menor apoyo de su entorno familiar o social”.
“El sentimiento de soledad puede llevar a la percepción errónea de que nunca podrá rehacerse de nuevo una vida satisfactoria, pudiendo incluso provocar ideación suicida o intentos autolíticos. En algunas ocasiones es mayor el estigma que la gravedad de la enfermedad”, ha resaltado Ortiz.
Además del tratamiento médico que precise la enfermedad contraída, según sea su cronicidad o gravedad, no hay que descuidar los problemas psicológicos que se pueden desarrollar de una descuidada o inadecuada gestión de la patología a nivel emocional ya que, con el tiempo, esta carencia “puede derivar en ansiedad, estado de ánimo deprimido, falta de motivación, desvalorización, baja autoestima, futuras relaciones de pareja limitantes, etc.” Por estos motivos, y debido a la gran desesperación y culpa que puede llegar a sentir el paciente, será preciso contar con apoyo profesional para canalizar, con las terapias adecuadas, esos sentimientos.
La comunicación con la pareja
Ortiz ha resaltado que otra de las dudas que genera mayor motivo de consulta es cómo informar a la pareja o futura pareja: “En consulta, siempre aconsejo ser sincero y directo, explicarnos de forma natural. Hay que enorgullecerse de nuestras intenciones al mantener esta conversación tan valiente con nuestra pareja actual o futura, ya que estamos protegiéndole con ello”.
A pesar de ser un tema difícil para la persona que lo sufre, de esta manera “afronta la situación desde la valentía porque el otro le importa y la relación que tiene o puede llegar a tener, también, aceptando con ello la responsabilidad que conlleva el contagio y transmitiéndosela a la pareja”.
Las dudas que aparecen después de esta “valiente conversación” suelen generar en la persona afectada muchas incertidumbres, sobre las decisiones que tomará el otro a partir de este momento. “No debemos presionar al respecto, sería acertado dejar algo de espacio para que pueda reflexionar sobre todo lo que le hemos expuesto y contestar a sus dudas en la medida de nuestros conocimientos, e incluso buscar información profesional juntos”, ha indicado.
Por último, la psicóloga del Hospital Vithas Aguas Vivas ha recordado que puede darse la situación “en la que se descubre al mismo tiempo la infidelidad y la posibilidad de padecer una enfermedad de transmisión sexual, teniendo que hacer frente a ambos escenarios a la vez”.