- Beatriz Hernáez, responsable de la Unidad de Podología Podoactiva en Vithas Sevilla, plantea una guía práctica para elegir el calzado escolar
- El estudio biomecánico de la pisada permite saber si el menor necesita plantillas personalizadas, ejercicios específicos o fisioterapia, evitando problemas posturales y mejorando su bienestar en la etapa escolar
Este pasado mes de septiembre han vuelto a las aulas los estudiantes de infantil, primaria y secundaria. A las nuevas mochilas, libros y uniforme escolar, se suman los zapatos como parte esencial para hacer frente a la nueva temporada. Como subrayan desde la Unidad de Podología Podoactiva en Vithas Sevilla, “elegir bien tanto los calcetines como el calzado y, cuando procede, realizar un estudio biomecánico de la pisada, es clave para evitar rozaduras, sobrecargas y problemas posturales que pueden afectar al rendimiento en clase y en el deporte”.
La recomendación general sobre el calzado infantil es “renovarlo cada ocho o doce meses, según el uso y el desgaste”. Una renovación que debe tener en cuenta el crecimiento del pie a través de un estudio biomecánico de la pisada. “Se trata de un análisis rápido e indoloro que nos permite detectar alteraciones en la forma de caminar o apoyar el pie que, si no se corrigen a tiempo, pueden provocar molestias en pies, rodillas, cadera e incluso en la espalda”, señala la podóloga de Vithas Sevilla. Este análisis, que combina la observación de la huella en estática y dinámica con una exploración clínica, permite al equipo de podología de Vithas Sevilla “diseñar un plan personalizado que vaya desde ejercicios de estiramiento y fortalecimiento hasta la indicación de plantillas personalizadas cuando son necesarias. Gracias a ello, se previenen lesiones, se mejora la postura y se favorece un desarrollo saludable en la etapa escolar y en la práctica deportiva”.
Como señala Beatriz Hernáez “las plantillas personalizadas se indican tras valorar la pisada y solo cuando aportan un beneficio claro. En muchos casos, unos ejercicios de estiramiento o fortalecimiento son suficientes, siempre de la mano de expertos en podología o fisioterapia”.
Claves para elegir un buen calzado infantil
Tal y como señala la podóloga de Vithas Sevilla, a la hora de comprar un calzado infantil debemos tener en cuenta tanto el propio zapato como los calcetines. En concreto, “un calcetín inadecuado puede provocar ampollas, irritaciones e incluso agravar problemas biomecánicos”.
Así, desde la Unidad de Podología de Vithas Sevilla recomienda adaptarlos a la estación y al uso, “en invierno, es mejor lana o algodón transpirables, mientras que en verano podemos optar por opciones ligeras como los conocidos pinkies o tobilleros de algodón”.
El calzado, por su parte, “debe ser de tejidos naturales y transpirables para evitar sudor y hongos, con una estructura ligera y flexible, sobre todo en la puntera. La suela es mejor que sea antideslizante, que amortigüe sin ser excesivamente gruesa”, destaca Hernáez. Sobre la sujeción, ya sea con cordones o velcro, “debe estar siempre presente para garantizar estabilidad y comodidad durante la jornada escolar”.
A la hora de comprobar la talla, desde el equipo de podología de Vithas Sevilla, señalan el truco de “colocar un folio pegado a la pared, situar el pie del niño con el calcetín habitual, marcar talón y dedo más largo, medir y añadir medio centímetro de holgura, y hacerlo claro está, con ambos pies”.