Endometriosis: la desconocida enfermedad femenina

Endometriosis: la desconocida enfermedad femenina

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Menstruaciones que obligan a estar en la cama, relaciones sexuales dolorosas o embarazos que se hacen esperar años. Son algunos síntomas visibles de la endometriosis, una enfermedad femenina muy desconocida.

Benigna y crónica, se calcula que afecta a entre el 10 y 20% de mujeres con edades comprendidas entre los 15 y 50 años. Es decir, en la etapa fértil. Su complejidad dificulta, en ocasiones, el distinguirla de otras enfermedades, y puede haber pacientes que no sepan que la tienen, por eso muchas veces la endometriosis es una desconocida enfermedad femenina. 

El endometrio es un tejido que recubre el útero. Cada mes se prepara para la posibilidad de un embarazo. Una vez que nos ha bajado la regla, está fino, pero se engrosa hasta parecer una esponja en la ovulación. Se prepara para acoger un posible embrión.

Cuando no hay embarazo, ese tejido esponjoso va descamándose y desprendiéndose. Va a la vagina y lo expulsamos en forma de sangrado, la regla. Pero, a veces, una parte se deposita en los ovarios, la vejiga, el recto, el intestino… Incluso, hasta en los pulmones. Y, pese a estar fuera de su sitio, cada mes se comporta igual que si estuviera en el útero. Se descama, pero no puede expulsarse sangrando, por lo que crea adherencias, placas y endometriomas en dichos órganos.

Estos son algunos síntomas que debemos tener en cuenta:

Dismenorrea: cuando la regla es dolorosa. Pero la menstruación no debe doler, o al menos no tanto como parar ser limitante. Es decir, que no podamos hacer las tareas cotidianas, ir al trabajo, al colegio…

Hipermenorrea: sangrar durante muchos días seguidos. Como referencia, si el sangrado dura 7 días, conviene ir a consulta. Porque la menstruación no debe provocar anemia, pero a algunas mujeres lo hace.

Ciclos cortos: lo estándar son 28 días, aunque la regla puede aparecer antes o después. Si es antes, no tiene por qué ser endometriosis, pero supone un factor más a tener en cuenta a la hora del diagnóstico. También conviene valorar si hay antecedentes familiares, y si la menarquía (primera regla) apareció a los 9-10 años, un poco precoz.

Dispareunia: o lo que es lo mismo, dolor en las relaciones sexuales. Sobre todo cuando hay penetración. Puede deberse a diversos factores: vaginismo, falta de deseo, musculatura contracturada, factores emocionales… Pero también a la endometriosis.

Embarazo que no llega: si llevamos un año buscándolo, conviene acudir a consulta médica. En las mujeres que saben que tienen endometriosis, lo mejor es hacerlo tras 6 meses de intentos fallidos. Porque esta enfermedad afecta a la fertilidad. Hay menos óvulos y de peor calidad, lo que aumenta la tasa de abortos. Eso no implica que el embarazo espontáneo sea imposible, pero sí que se tarde más en lograrlo.

El primer recurso son los anticonceptivos, dejan los ovarios en reposo y evitan la ovulación. A su vez, provoca una atrofia endometrial, por lo que el endometrio no crece y se descama. Al contrario, se queda fino, como el de una mujer menopáusica, y los endometriomas inactivos.

Con la endometriosis diagnosticada, es importante mantener una dieta rica en verduras frescas, frutas con vitaminas C y D, grasas saludables omega 3 y alimentos como nueces o semillas de lino. También los probióticos ayudan. Lo importante es que sea anti inflamatoria y anti oxidante.  Por eso, conviene evitar el alcohol, café, tabaco o azúcares refinados.

En cuanto a la operación, el tratamiento es conservador. Es muy probable que, con el tiempo, la endometriosis aparezca de nuevo. Por eso, solo suele intervenirse en aquellos casos en los que el dolor es severo y persiste pese a los anticonceptivos y la dieta. O si hay obstrucciones en el intestino, por ejemplo.

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