Los sudores nocturnos, también conocidos como hiperhidrosis nocturna, son episodios de sudoración excesiva que ocurren durante el sueño, provocando que la ropa de cama y el pijama queden empapados.
Aunque pueden deberse a factores ambientales como la temperatura de la habitación o el uso de mantas pesadas, en algunos casos los sudores nocturnos pueden estar relacionados con condiciones médicas subyacentes. Cabe destacar que los sudores nocturnos afectan tanto a hombres como a mujeres, aunque son más comunes en mujeres debido a los cambios hormonales de la menopausia.
Causas frecuentes de los sudores nocturnos
Las causas de la sudoración nocturna pueden ser diversas. Además de la temperatura ambiental, otros desencadenantes incluyen:
• Fiebres por infecciones.
• Estrés y ansiedad.
• Trastornos endocrinos como hipertiroidismo o diabetes.
• Menopausia y síndrome premenopáusico.
• Apnea obstructiva del sueño.
• Consumo de medicamentos o alcohol.
Si los episodios de sudoración nocturna ocurren con frecuencia y se acompañan de síntomas como pérdida de peso inexplicada, fatiga extrema, fiebre o falta de apetito, es recomendable acudir a un especialista. Si bien la causa más común no es grave, en algunos casos pueden estar relacionados con cánceres hematológicos como la leucemia o el mieloma múltiple. Además, también pueden ser indicativos de enfermedades endocrinas como la diabetes o el hipertiroidismo.
Para descartar problemas mayores, los médicos pueden realizar una entrevista clínica y una exploración física. Dependiendo de los hallazgos, pueden solicitar pruebas complementarias. Si se sospecha apnea del sueño, por ejemplo, se podría requerir un estudio del sueño.
Consejos para evitar la sudoración excesiva
Si no hay una causa médica subyacente, algunos consejos prácticos incluyen:
• Mejorar la ventilación de la habitación.
• Evitar ropa de cama demasiado gruesa.
• Usar ropa de dormir transpirable.
• Evitar cenas pesadas y el ejercicio antes de dormir.
• Mantener un peso saludable.
